
En 1969, Mercedes Sosa, junto al pianista Ariel Ramírez y el historiador Feliz Luna, presentaron el disco Mujeres argentinas, considerado una obra vanguardista y revolucionaria para su época. Bajo el sello Philips, el disco cuenta con ocho canciones y el eje temático es la historia de mujeres de la vida real y de la ficción: Juana Azurduy, Rosario Vera Peñaloza, Dorotea Bazán, Guadalupe Cuenca, Manuela Pedraza, Mariquita Sánchez de Thompson, la “Gringa” Chaqueña y Alfonsina Storni.
El disco fue un éxito y es considerado uno de los mayores aportes al folklore argentino. Sin embargo, una de las canciones sobresale por sí misma y con el tiempo se ha convertido en una de las composiciones más bellas que nos ha obsequiado el país de Borges y Cortázar. Hablamos de “Alfonsina y el mar”, la canción que rinde homenaje a la poeta Alfonsina Storni.
Alfonsina Carolina Storni Martignoni nació en Capriasca, Suiza, el 29 de mayo de 1892. Es considerada una de las mayores poetas argentinas y una trasgresora de su tiempo por tocar temas como la independencia y la libertad femenina, además porque logró abrirse campo en el mundo intelectual liderado por varones. Fue amiga de destacadas figuras como José Enrique Rodó, Amado Nervo, José Ingenieros, Manuel Baldomero Ugarte, Juana de Ibarbourou y Horacio Quiroga.
Tras su paso por la docencia y el teatro, Alfonsina Storni decidió apostar por la poesía, lo que más le apasionaba. Si bien al principio no tuvo la acogida que merecía, poco a poco fue ganándose ese lugar que hoy ostenta. En 1920, antes de cumplir los 30 años, empezó a publicar sus textos en el diario La Nación.
De su vida, es conocida además su amistad con el escritor uruguayo Horacio Quiroga, autor del célebre libro Cuentos de amor, de locura y de muerte. Como se sabe, Quiroga, tras su diagnóstico de cáncer, decidió quitarse la vida tomando cianuro, a los 58 años. Tras su muerte, Alfonsina Storni escribió:
Morir como tú, Horacio, en tus cabales,
y así como siempre en tus cuentos, no está mal;
un rayo a tiempo y se acabó la feria…
Allá dirán.
No se vive en la selva impunemente,
ni cara al Paraná.
Bien por tu mano firme, gran Horacio…
Allá dirán.
“No hiere cada hora –queda escrito-,
nos mata la final.”
Unos minutos menos… ¿quién te acusa?
Allá dirán.
“Morir como tú, Horacio, en tus cabales, / y así como siempre en tus cuentos, no está mal”, explica muy bien la decisión que luego tomará la poeta después de ser diagnosticada también con cáncer. En 1938, antes de pasar a la eternidad, escribió algunas cartas para ordenar algunos asuntos y para despedirse. Entre estos textos, figuraba un poema que envió a La Nación. Finalmente, después de todas las gestiones previas, Alfonsina se lanzó al mar. Tenía apenas 46 años. El último poema que fue publicado en el mencionado diario era el siguiente:
Voy a dormir
Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…
[Ver además: Diez poemas imprescindibles de Alfonsina Storni]
Este poema es el que inspira “Alfonsina y el mar”, canción cuya letra le pertenece a Félix Luna, y con la música de Ariel Ramírez.
Alfonsina y el mar
Por la blanda arena que lame el mar
Su pequeña huella no vuelve más
Un sendero solo de pena y silencio llegó
Hasta el agua profunda
Un sendero solo de penas mudas llegó
Hasta la espuma
Sabe Dios qué angustia te acompañó
Que dolores viejos calló tu voz
Para recostarte arrullada en el canto de las
Caracolas marinas
La canción que canta en el fondo oscuro del mar
La caracola
Te vas Alfonsina con tu soledad
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la está llevando
Y te vas hacia allá, como en sueños
Dormida, Alfonsina, vestida de mar
Cinco sirenitas te llevarán
Por caminos de algas y de coral
Y fosforescentes caballos marinos harán
Una ronda a tu lado
Y los habitantes del agua van a jugar
Pronto a tu lado
Bájame la lámpara un poco más
Déjame que duerma Nodriza en paz
Y si llama él no le digas que estoy
Dile que Alfonsina no vuelve
Y si llama él no le digas nunca que estoy
Di que me he ido
Te vas Alfonsina con tu soledad
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la está llevando
Y te vas hacia allá como en sueños
Dormida, Alfonsina, vestida de mar
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