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Alejandro Romualdo sobre Heraud: «Matar a un ruiseñor no es fácil. Mataron a Melgar, y sus canciones y su ejemplo son conocidos hasta en los cuarteles»

El autor del «Canto coral a Túpac Amaru» lamentó la pérdida del joven poeta, quien fue acribillado a los 21 años en el río Madre de Dios

Héroe Heraud

Escribe: Alejandro Romualdo

El tiempo de la verdad y de la vida ya llegando, y se nos van físicamente los creadores de esa misma vida, porque es verdad que, para que florezca ese necesario río, la vieja vida quiere, a veces, quemar sus primeras hojas.

Yo conocí a un cantor de éstos. Ninguna estrella recorrió en tan poco tanto inmensidad, ninguna estrella se apagó tan pronto, pero ninguna luz como la suya nos ha trazado con tanta claridad el camino del porvenir.

La historia de la poesía en nuestra edad es la historia de una lucha en que los hombres corren en ayuda de los dioses, que ya no pueden crear un mundo nuevo. Y en esta lucha, los poetas construyen sus castillos en la tierra, y los defienden con sus poemas y su sangre. Es así que nuestra poesía vive y demuestra, con esta prueba de fuego, que es la más consciente de nuestras artes, la más madura y la más valiente, la que ayuda con la palabra y con la vida de sus amantes a crear esa tierra común maravillosa con que sueñan los hombres de la tierra.

En nuestro tiempo y en nuestra patria se confunden los héroes y los cantores, los profetas y los guerreros. Tiempo de prueba para conocer a los hombres y a los poetas. Y el poeta que conocimos era un hombre, un hombre en pie de guerra contra la miseria y la iniquidad; un hombre en pie de guerra contra los enemigos de la verdad, del bien y de la belleza; un hombre en pie de guerra contra los fariseos del Perú y del mundo; el mismo que quiso entrar por las buenas a su patria y se lo prohibieron, que quiso entrar por las malas y lo mataron.

Pero matar a un ruiseñor no es fácil. Mataron a Melgar, y sus canciones y su ejemplo son conocidos hasta en los cuarteles: Mariano Melgar, héroe y poeta, joven valeroso y valioso. Los generales saben que no murió en su cama, los soldados conocen su historia, inseparable de la historia del Perú, narrada con su sangre en las luchas del pueblo por su libertad. Javier Heraud, héroe y poeta, joven valeroso y valioso, los generales saben que no has muerto en tu cama. Los soldados de mañana conocerán tu historia, inseparable ya de nuestras luchas por la liberación nacional. Todo entregaste, todo. Dejaste atrás las conveniencias, las falsas amistades, el oro bajo con que quisieron cubrir tu nombre. Fuiste directamente hacia más anchos horizontes, como un río desde la fuente de tu juventud. Entregaste tu espejo para que nos veamos, para que los que vengan sean siempre mejores, hombres de tu estatura, poetas y héroes hechos a tu imagen y semejanza.

Hace muchos años que no creo en premoniciones ni augurios, pero en el viaje de tu río hay recodos traicioneros. Si todo lo que cantaste se ha cumplido, no cabe la menor duda de que pronto seremos libres. Y esta es la más grande certeza, la más infinita alegría que nos causas, amigo y camarada, eternamente joven y poeta.

Lima, 24 de mayo de 1963.

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* Publicado en Piélago. Revista de humanidades. Año 1, número 3. Lima, 1963.

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