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“Hay una serie de hechos de nuestro pasado que se están repitiendo, con macabra neurosis”

Política, violencia, racismo, deseo y culpa son algunos de los ingredientes principales de «El camarada Jorge y el Dragón», de Rafael Dumett. Conversamos con el autor para conocer un poco más sobre esta nueva novela histórica, al igual que «El espía del inca».

Por Enmanuel Grau

 

Rafael Dumett ha publicado El camarada Jorge y el Dragón (Penguin,2023), novela de aprendizaje y de aventuras que intenta abarcar en un sólido eje temático la propuesta de varias literaturas. Prevalecen en el libro temas como el racismo, la política, la violencia histórica, entre otras manifestaciones sociales no exclusivas del Perú, sino también latinoamericanas, en un afán por expandir el arco narrativo hacia distintas realidades.

En la piel del impredecible Eudocio Ravines, político y militante, amante feroz y culposo, el libro realiza un acercamiento a una sociedad atrofiada por la violencia sin hacer concesiones con el realismo que la inspira, alcanzando, en varios pasajes, un valioso vuelo narrativo.

Conversamos con el autor respecto a este libro en donde la política, las ilusiones, el deseo y la culpa, intenta dar cuenta de una verdad difícil de rastrear, pues esta es siempre huidiza y contradictoria.

¿Qué hace de El camarada Jorge y el Dragón un personaje seductor, un sujeto que inspira una ficción de envergadura histórica?

No sé si la palabra “seductor” es la que yo utilizaría para referirme a Eudocio Ravines. Diría que es un personaje fascinante en la medida en que, además de su brillantez y su radicalismo, es extraordinariamente ubicuo, política e incluso geográficamente. En esa medida, me permite explorar los subterráneos de toda laya del siglo XX y despedirlo.

En cuanto a lo temático, la novela abarca periodos históricos, situaciones límites, consecuencias políticas nacionales. ¿Cómo organizaste el material de referencia, en dónde colinda este con la total inventiva narrativa?

No hay misterios. Leo lo que, según me informan personas calificadas, son las mejores fuentes disponibles y organizo la información, consignando de la manera más estricta posible los datos fácticos sobre los eventos y personajes históricos, o creando perfiles psicológicos y arco de comportamiento lo más verosímiles que puedo, si estos son inventados.

Ahora bien, toda recreación del proceso de una conciencia piensa, siente, toma decisiones y actúa no puede sino ser ficcional.

¿El tema de la disidencia política en El camarada Jorge podría explicarse como el descontento de una generación por las utopías políticas del siglo XX o es más bien un tema meramente íntimo, que atañe de manera exclusiva la vida del personaje central de esta primera entrega del libro?

Hay elementos generales en la disidencia del comunismo de Ravines, que comparte con otros escritores disidentes conocidos, como Arthur Koestler y George Orwell. Como ellos, se decepcionó profundamente por el accionar soviético en la época de las purgas en el territorio soviético, en la guerra civil de España y/o la realización del pacto con los nazis de 1939. Ahora bien, la disidencia de Ravines tiene características que la singularizan y que la saga va a explorar.

Varios escenarios de la novela están impregnados por hechos políticos violentos. Hay ciudades armadas militarmente…

En el caso de Cajamarca, no solo la ciudad sino toda la región de Hualgayoc, Chota y Cajamarca estaba armada. No militarmente. Había un bandidaje generalizado, liderado por terratenientes desde sus haciendas, y ante el cual el Estado, precarizado por la derrota en la guerra con Chile, no podía hacer nada. Esto generó una violencia de una virulencia sorprendente, que culminó en la masacre de Llaucán.

El libro no deja de ser en ningún momento una novela de aventuras. ¿Qué aspectos formales de la escritura consideras logrados y cuáles te han costado más trabajo narrar?

No estoy seguro de que sea una novela de aventuras. Y no seré yo quien haga una evaluación de qué puede considerarse logrado y qué no.

La espiritualidad que resuena en Ravines podría leerse como una conciencia de época, colectiva. ¿Qué situaciones cruciales, en tu opinión, gatillan esta espiritualidad que es personal, pero también compartida por una generación?

No creo que “la espiritualidad de Ravines” sea algo compartido por su generación ni deba leerse como una “conciencia de época”.

¿Cuál es la relación directa entre la historia del libro y la época actual? ¿A través de qué taras o virtudes estas realidades se vinculan?

Ese dictamen lo debe hacer el lector. No yo. Ahora bien, hay una serie de hechos de nuestro pasado que se están repitiendo, con macabra neurosis. Sin ir más lejos, los argumentos esgrimidos por las actuales autoridades para negar o desinformar con respecto a las masacres recientes ocurridas en el sur del Perú parecen calcos de los que utilizaban los hacendados y sus escribientes al sueldo con la masacre de Llaucán, evento trágico que planea sobre toda la novela. Hay muchas más coincidencias, que me hacen pensar que esta novela, que tenía vocación de novela histórica, puede ser leída, lamentablemente, como una novela de costumbres.

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