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Igual, todo se va a la mierda: Austin, Texas 1979 de Francisco Ángeles

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El año pasado le echaron tantas flores (incluso una reseña de la revista El buen salvaje la catalogó como “una de las mejores novelas peruanas de este siglo”) que decidí comprarla. Digo, a veces es bueno ver en qué anda la literatura peruana actual. La novela de Francisco Ángeles no decepciona. Por partes parece muy forzada la construcción de personajes, por otros, parece que al autor le falta vivir un poquito más, pero no aburre y ese es uno de los mejores elogios que se le pueden dar a un libro.

La novela trata de un muchacho que llegado a los 30 años sufre una crisis existencial, como casi todos en esta tierra. Su suerte en el amor es nula. Se separa de su pareja, va a terapia, conoce a una mujer que está más safada que él y entabla con ella una relación enfermiza. Hasta ahí la primera parte.

La segunda parte es la historia de su padre, quien cuando tenía la edad del protagonista también tuvo un conflicto emocional que sobrellevó como pudo, mientras era profesor de Español en una universidad de Austin, Texas en 1979. Se enamoró o creyó enamorarse de una alumna hasta el tuétano, pero su formación, sus valores, entre otras represiones le hacen tomar una decisión que no lo deja vivir tranquilo.

¿No te da ganas de leer el libro? Bueno, uno de los personajes es un conejo cuya presencia parece no tener sentido. ¿Ahora?

Te dejo dos extractos:

“(…) lo único suficiente sería sentirme dentro de ella, confundirme con ella, unirme a ella con esa mezcla de amor, incomprensión, dolor que solo puede definirse como una celebración de la vida (…). Una celebración triste, quizá, una celebración como un réquiem, ese tipo de alegría dolorosa, de quebradiza felicidad a la que solo se puede acceder a cierta edad, edad a la que yo, me di cuenta al conocer a esa chica, ya había llegado. Y después del sexo, después de esa celebración feliz y dolorosa, iba a necesitar quedarme allí, a su lado, para siempre. Ninguna otra cosa podía ser suficiente.”

“(…) en un salón vacío de la Universidad de Texas, esa tarde de mayo de 1979. Me arrepiento por no haber sido más egoísta y más autodestructivo. Fui correcto o fui sensato o fui cobarde o todo al mismo tiempo, pero a la larga, con los años, igual uno se vuelve viejo, igual todo se va a la mierda.”

Austin, Texas 1979 fue editado por Animal de Invierno.

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